Los Héroes que Vencieron Todo Menos el Miedo

Más de uno recuerda esta obra que, con el paso de los años, se ha convertido en un pequeño clásico del teatro de títeres colombiano. Los Héroes que Vencieron Todo Menos el Miedo una obra espectáculo llena de humor, juego escénico y preguntas sobre el poder, la imaginación y la convivencia. ¿Cómo sería una obra de teatro convertida en libro?

Los Héroes que Vencieron Todo Menos el Miedo, es una fábula sin moraleja fija, sin buenos ni malos y sin un ganador evidente. Gracias a la magia de César Santiago Álvarez e Iván Darío Álvarez, reconocidos titiriteros de La Libélula Dorada y referentes del teatro para la infancia en Colombia, y al poder creativo de Julián Ariza que tuvo como reto llevar esta obra a la colección de leer es mi cuento hoy alojada en https://maguare.gov.co/los-heroes-que-vencieron-todo-menos-el-miedo/.

El desacuerdo entre un sapo dormilón y dos gusanos simpáticos y discutidores se convierte en un pretexto para contar una historia sencilla y bella, tejida con humor, absurdo y el característico dinamismo titiritero que invita a la participación espontánea de niñas, niños y espectadores de todas las edades.

El libro que hoy las reúne comenzó a gestarse meses antes de que el maestro César Santiago partiera a “compartir su magia en otros mundos”. Su legado, junto al de Iván Darío, continúa alimentando la imaginación, el humor y la ternura que los títeres han sembrado en generaciones enteras.

El proceso creativo

Cuando la editora y la diseñadora de esta serie de Leer es mi cuento invitaron a Julián Ariza a ilustrar el libro, ya tenían listo el texto original de La Libélula Dorada. Julián había trabajado con ellas antes en la Biblioteca Nacional, así que recibió una libertad creativa que lo llevó a explorar caminos nuevos.

Ilustrar una obra de teatro era un reto en sí mismo. Pero a esto se sumaba otro desafío aún mayor: crear títeres reales para luego convertirlos en las fotografías con los que se acompañan los textos, una obra en sí misma que mezcla realismo y creatividad , una ilustración que sobrepasa los límites del papel.

“Desde que leí que era teatro de títeres, dije: voy a hacer los títeres. Nunca había hecho títeres. Fue un salto al vacío, pero quería jugar con materiales, experimentar, ver hasta dónde llegaba la técnica.”

La fotografía fue clave: al no ser ilustraciones digitales —que pueden modificarse fácilmente—, cada escena requería construir el títere, preparar el escenario y capturar la imagen definitiva. No había vuelta atrás.

Incluso el titiritero está representado de una manera especial:

“El titiritero es una mano real. Quería jugar con esa idea: si los títeres son manejados por manos, la mano debía aparecer.”

Entre escena y bambalinas

Uno de los aportes más interesantes del libro está en la intención de Julián de ilustrar no solo lo que ocurre en la obra, sino también lo que pasa “detrás de escena”.

“No quería ser literal. Pensaba en qué ocurre fuera del escenario: personajes que salen de escena y reaparecen comiendo, niños que ven el espectáculo… Me gusta que los niños y niñas jueguen a encontrar esos detallitos.”

Este doble plano —la obra y su backstage imaginado— convierte la lectura en un juego lleno de pistas, gestos y microhistorias que enriquecen cada página.

Un libro para leer, mirar y volver a mirar

El resultado es un universo visual que se aleja de los conceptos clásicos del 2D y se convierte en una experiencia tridimensional, artesanal y profundamente juguetona. Un libro que honra el espíritu titiritero: experimentar, jugar, reírse, ponerse serios cuando hace falta, y volver a imaginarlo todo.

Encuentra este y otros libros de la colección Leer es mi cuento en www.maguare.gov.co.